Dulces, dulces, dulces... Como las gominolas de colores, como los pastelitos de chocolate, o como las piruletas gigantes.
lunes, 25 de julio de 2011
Alice in Wonderland.
La pequeña Alice ya creció, ya no es la misma niña inocente que perseguía conejos y que hacía caso de las etiquetas de los frascos y de las galletas. La que hablaba con gatos que desaparecían, o la que tomaba té en lugar de alcohol. Ahora jugaba con las personas, al igual que si fueran cartas.
Los bastos, a los que hiere.
Los diamantes, los que roba.
Los corazones, los que rompe.
Y las espadas con las que mata.
La pequeña Alice, ya creció, ahora se dedica a borrar los buenos recuerdos que teníamos de ella. Ya no viste con un vestido azul y un delantal blanco, tampoco es una chica adorable y de la que todos nos habíamos enamorado. Ahora viste de negro, con zapatos de aguja y va destrozando vidas y sueños.
Alice, ¿qué es lo que te pasó?
¿No ves que te preferíamos como eras antes?
¿Qué es lo que te hizo cambiar de este modo?
Alice, pequeña... Vuelve.
Todos cambiamos a medida que nos hacemos mayores, pero... Tampoco deberíamos ser como esta nueva Alice, todos la preferíamos como era antes.
No te conviertas en una persona así, no cambies. Y si lo haces, que sea para bien.