¿Has recordado alguna vez tu infancia?
Esas sensaciones, esas palabras, esos sentimientos...
Y a medida que te haces mayor, hay cosas que conservas y otras que olvidas.
Debes saber que el tiempo no espera, aunque trates de apresarlo con la mano, se aleja en cuanto la abres.
Y entonces, adviertes... que tu mano está vacía.