domingo, 21 de noviembre de 2010

Roxane.

Nicolás estaba esperándola en la estación, como cada día, desde el día en el que se fue. Ese día, Nicolás tenía la corazonada de que al fin llegaría, después de casi dos años, podría verla. Llegó a la estación, y se puso en pie.
-¡Roxane!-Gritaba de alegría.
-¿Qué? ¿Nicolás? ¿Eres tú?
-¡Sí!
Los dos se abrazaron.
-Roxane, te he echado tanto de menos, he venido cada día a la estación, esperando a que llegaras.
-Nicolás...
-Vamos Roxane, te invito a un chocolate caliente, estas congelada.
Los dos se fueron al bar de siempre, donde todos los días iban antes de que ella se fuera.
-Gracias, está buenísimo. Que nostalgia me da este lugar, ¿a ti no?
-Por supuesto, he seguido viniendo todos los días mientras tu no estabas, aunque siempre venía solo y nunca me terminaba los churros.
-¿Por qué seguías viniendo?
-Porque me gustaba, me recordaba a ti... Roxanne, te quiero.
Entonces se hizo un silencio, y Roxane se quitó los guantes.
-Nunca me contestabas a las llamadas, Roxane. ¿Cambiaste de número?
-Nicolás.
-No pasa nada, me lo puedes dar después.
-Nicolás, no es eso.
-¿Entonces? ¿Ya no tienes móvil?
-Si tengo móvil. Pero han pasado muchas cosas estos dos últimos años.
-¿Qué cosas?
-En Londres, conocí a un chico, se llama Thomas.
-¿Qué?-Gritó.
-Nicolás, escúchame y no grites, todo el bar nos mira...Él y yo, estamos prometidos.
-No, no...¡No puede ser! ¿Y yo qué? ¿Qué ha sido de lo nuestro?.-Decía mientras lloraba.
-Te dije que no gritaras, y nunca ha habido un "lo nuestro". Nicolás, tu y yo nunca estuvimos juntos. Solo fue un beso. Un beso de despedida. No puedo creer que me hayas esperado todo este tiempo. Que me llamaras siempre...¡A todas horas!. Me cambié de número para que no volvieras a llamarme.
-¿Entonces no has venido por mí...?
-No, Nicolás. Vine porque aquí vive mi familia, y para los preparativos de la boda.
-¿Cuándo te casas?
-Dentro de 5 meses.
-¿Me invitaras?
-No puedo, ya envié todas las invitaciones, y no hay sitio para nadie más.
-Claro, como no.
-¿Estas enfadado?
-No, todo está bien, no te preocupes.-Decía mientras se secaba las lágrimas.
-Ay, Thomas es la persona más especial que he conocido...Deberías conocerle, te caería bien.
Nicolás se levanto y le dió un golpe a la mesa.
-Me voy, tengo cosas mejores que hacer que estar aquí, contigo y escuchando como quieres a otro que no sea yo. Me has roto el corazón Roxanne...
-¡Espera, Nicolás!
-¿A qué? ¿A que sigas hablando de él como si fuera la persona que ha estado dos años esperándote?
-¡No me grites! Y no es eso...Es que no tengo dinero...¿Podrías pagar tú?
-Lárgate, ya pago yo.
Mientras ella se iba por la puerta del bar, Nicolás comenzó a llorar. Pero no por ella, sino por estos dos años perdidos pensando que Roxane era quien realmente no era.

Roxane, gracias a ti. Aprendí muchas cosas, una de ellas es que no deberíamos sufrir por alguien que no nos quiere, y seguir adelante, por mucho que duela. RXN


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