miércoles, 17 de agosto de 2011

La clave de mi.

Querido diario:
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Jodido controlador de mentes perversa:

1 de julio de 2012: (Llego a tener clase hoy y me suicido, lo juro)
-Nota: No soy emo ni tengo intenciones suicidas, al menos, por ahora.

Suena la alarma del móvil, esa horrible canción que antes tanto me gustaba y que ya no soporto oír. La pongo todas las mañanas a las 9 y no sé por qué, ni cuando empecé a hacerlo, pero normalmente vuelvo a dormirme, a menos de que tenga que hacer algo mejor que estar bajo las sábanas, calentito y sin hacer nada, que no es mi caso.

Pero esta vez el día parecía empezar con buen pie, (¡no pises el suelo con el pie izquierdo antes que con el derecho, maldito inútil!) o no.
-Mierda-. Sí, soy muy supersticioso, pero solo con eso y con las escaleras, porque adoro a los gatos negros y me es indiferente romper un espejo, siempre y cuando no me corte.

Por cierto, mi nombre es Tomy Key, aunque me llaman solo Key, como la palabra llave en inglés. ¿Por qué? Mi madre me cuenta una historia y mi padre otra bastante distinta. Pero los dos coinciden con que es por mi mancha de nacimiento en forma de llave, cosa bastante peculiar y de la cual mi madre presume delante de todas sus amigas y también, es la razón de que mi padre llame a mi miembro masculino 'la llave de la felicidad'. Ya véis la clase de padres que tengo.

Si puedo cambiarme de nombre, me llamaría Mole, porque al igual que manchas de nacimiento, también tengo lunares (50 exactamente), y ellos deben llevarse todo el mérito que se merecen. Soy un obsesionado de los lunares, debo admitirlo, pero lo llevo bien, si alguien tiene un lunar en el cuello no me lanzo a por él como si fuera uno de esos famosos vampiros de Transilvania. (No esperéis que nombre a ninguno de Crepúsculo).

A la hora de desayunar, leche con nesquik y dos cucharadas de azúcar, las galletas después de bebérmela y los cereales antes. ¿Un poco de café?. No, gracias. Me sienta peor que dos copas de alcohol y dos bolsas de chucherías.

¿Mi gran hobby? Pasarme horas y horas delante del ordenador, escuchando buena música y esperando que ocurra algo interesante por la red, como la aparición de algún vídeo de un pato hablando o la de una rana con una peluca cantando y bailando en lo alto de un escenario. Son cosas tontas, pero me encantan y son más interesantes que el hecho de estudiar en verano.

Posiblemente algún día me dé por escribir una segunda página en mi queridísimo diario, pero para entonces, ya no recordaré que tengo algo así, como siempre.


Key to my.